Cuando el hastío te deje desnuda
y las palabras no sobren ni falten,
cuando los tronos de duelos te asalten
y se disfrace de trueno la duda,
yo te acompaño al final del camino,
donde se cierra aquel círculo obsceno,
donde el silencio sutil y sereno
dirá bajito si es suerte o destino.
Yo te acompaño, ya cierra tus dedos
sobre mi mano tejida de ausencias.
Ya caminemos sin dioses ni miedos,
que si estás lejos te llevo conmigo.
Ven a quitarme la inútil paciencia,
voy a sacar de tu pena el castigo.