¿Adónde van las cosas perdidas? Siempre imaginé el fondo de un mar oscuro y lejano, irreal (aunque cierto, aunque verdadero), atestado de recuerdos, de pasados, de olvidos, de memorias, de incertidumbres, de perfección (porque toda perfección nace para perderse), que nos pertenecieron y ya no nos pertenecen. Las cosas perdidas descansan, puras, lejos de nuestro alcance y nuestras manos. Las cosas perdidas están allí donde ya no debe buscarse.