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4 de mayo de 2010

Una condición

Descreo de la inmortalidad, en todas sus formas. El final es requisito de nuestra existencia, que es fugaz por definición, y por necesidad. Las cosas que valen la pena, terminan. Su finitud es la condición de su importancia y su belleza.

18 de abril de 2010

Una noche

Esta noche me permito descansar en la eficacia de su ausencia. Una ausencia certera, precisa, oportuna. Se trata de saberme vencido, pero encontrar en la derrota una esperanza que justifique la búsqueda y el desencuentro. Se trata, nuevamente, de entender que se han agotado las elecciones, y que la vida reposa, finalmente, en una voluntad inalcanzable, por lo ajena. Todo es ahora, más que nunca, silencio y destino. Y sin embargo, esta noche, la regla sueña con ser excepción.

5 de abril de 2010

Una causalidad

El azar está presente en cada evento de nuestra ínfima existencia. Pero no a la manera que se entiende y se acepta: nada hay en él de aleatorio, nada tiene de antojadizo. Me he pasado la vida entera planeando cuidadosamente mis casualidades. "Eso", le dije, "eso es imposible. Eso no sería una casualidad". Es que no hay tal cosa: nada es porque es, todo es porque debe ser. El azar no se contradice con las causas, sino más bien lo contrario: las recibe, las modela, las transforma. No podemos entender este proceso, y es natural en nosotros negar la existencia de un orden cuando lo desconocemos. "Hablas", le dije, "como un hombre que ha elegido sus desaciertos". No sólo los he elegido; yo mismo los he creado.

2 de abril de 2010

Una certidumbre

Han pasado varios meses, de aliento bucanero, de movilización insoportable. La distancia dio un golpe de estado en mi cabeza, la ausencia se me hizo rutina, ya muy bien decía un poeta, "lo cercano se aleja".
Han pasado varios meses y fue un viaje extraordinario, por lo doloroso, por lo impiadoso, por lo verdadero. Hoy espero volver para nunca más irme, aunque las urgencias del día a día escapan de mis manos (que siguen vacías, según puedo ver), y las promesas tienen algo de eterno que me asusta terriblemente, por eso es que nunca las hago, al menos a terceros.

Dejo unos versos que escupí hace unos días, y sale así, sin dobles ni triples intenciones, como vino, sin pulir.

La inoportuna insistencia de mi espera,
maldita certidumbre / mi compañera,
cual sombra errante / de todo buen trilero
es la mentira de quien dice ser sincero.

Y mientras tanto, un grito cierra heridas
allí donde gobiernan / las despedidas.
El sueño es frágil / cuando se hace imposible,
todo se cae cuando falla lo infalible.

Este desierto lleno de adversidades
tejido de silencios / de soledades,
de amor enfermo / de amarga lejanía,
prisión del tiempo que hace lenta la agonía.

Hoy el olvido me dicta sus razones
por tantas esperanzas / y decepciones.
La noche en vela / que ya se hizo costumbre
clava el puñal en mi perfecta certidumbre.