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30 de mayo de 2012

Una muerte

Todavía sí, todavía quién sabe, todavía estando, vivo entre los vivos que mueren, entre los muertos que andan, andantes que viven y mueren viviendo, porque es difícil morir en vida, porque es muy duro vivir muriendo, pero no hay nada más difícil, nada más complejo, que vivir viviendo. En esa búsqueda estoy, aunque creo haberla declarado desierta, aunque creo haberme dado por vencido, aunque creo haber entregado las banderas-ya estaban desteñidas, viejas, despintadas.
En ese sentido, en este digo, o en aquél, vivo, sí, de vivir, de no estar muerto, literalmente muerto, en ese único sentido puedo decir que vivo, si vivir es respirar, vivo, si vivir es caminar, vagar, existir, vivo, si cobrar un sueldo es vivir, si escribir unas líneas algunas veces es vivir, si vivir es tener pulso sangre mejillas coloradas pelo que crece uñas, vivo, de vivir, vivo, de no morir aún, viviendo.
Estoy vivo, sí, aburridamente, y ya alcanza. Para mi desesperación, para mi desesperanza, esto parece ser la vida, y es tan parecido a no vivir, tantos miles, millones de años sin existir siquiera, sin ser, y de pronto vengo a nacer, a transcurrir años meses días-y a entender que no he nacido en verdad, que hasta ahora el mundo no me ha recibido, o no ha recibido nada de mí, más que alguna transformación irrelevante, que ya no importa, más que un poco de todo lo anterior.
En verdad no he nacido todavía, y por eso no podré morir ahora.

5 de enero de 2011

Un sumidero

La ruta termina en tus ojos borrachos de pena,
yo busco las sobras del tiempo que supe perder.
Y encuentro latidos / de amores vencidos,
silencios de arena en las venas de quien pude ser.

Será que he aprendido a saberte siempre a mis espaldas,
fatídica luz del pasado que alumbra mi sien.
Y sangra el olvido / más muerto que vivo,
anida en su pecho esperanzas que no han de nacer.

Después de volver al agobio de cada mañana,
retomo los mares de tinta que inundan la piel
y en días ficticios / y en noches de vicio
mis manos que siguen vacías abrazan la hiel.

No temas por mí si me pierdo buscando la nada,
jamás te preocupes si vuelvo a empezar otra vez
calando los nidos / de labios partidos
que saben que mi sumidero está lleno de ayer.

4 de mayo de 2010

Una condición

Descreo de la inmortalidad, en todas sus formas. El final es requisito de nuestra existencia, que es fugaz por definición, y por necesidad. Las cosas que valen la pena, terminan. Su finitud es la condición de su importancia y su belleza.

18 de abril de 2010

Una noche

Esta noche me permito descansar en la eficacia de su ausencia. Una ausencia certera, precisa, oportuna. Se trata de saberme vencido, pero encontrar en la derrota una esperanza que justifique la búsqueda y el desencuentro. Se trata, nuevamente, de entender que se han agotado las elecciones, y que la vida reposa, finalmente, en una voluntad inalcanzable, por lo ajena. Todo es ahora, más que nunca, silencio y destino. Y sin embargo, esta noche, la regla sueña con ser excepción.

5 de abril de 2010

Una causalidad

El azar está presente en cada evento de nuestra ínfima existencia. Pero no a la manera que se entiende y se acepta: nada hay en él de aleatorio, nada tiene de antojadizo. Me he pasado la vida entera planeando cuidadosamente mis casualidades. "Eso", le dije, "eso es imposible. Eso no sería una casualidad". Es que no hay tal cosa: nada es porque es, todo es porque debe ser. El azar no se contradice con las causas, sino más bien lo contrario: las recibe, las modela, las transforma. No podemos entender este proceso, y es natural en nosotros negar la existencia de un orden cuando lo desconocemos. "Hablas", le dije, "como un hombre que ha elegido sus desaciertos". No sólo los he elegido; yo mismo los he creado.

2 de abril de 2010

Una certidumbre

Han pasado varios meses, de aliento bucanero, de movilización insoportable. La distancia dio un golpe de estado en mi cabeza, la ausencia se me hizo rutina, ya muy bien decía un poeta, "lo cercano se aleja".
Han pasado varios meses y fue un viaje extraordinario, por lo doloroso, por lo impiadoso, por lo verdadero. Hoy espero volver para nunca más irme, aunque las urgencias del día a día escapan de mis manos (que siguen vacías, según puedo ver), y las promesas tienen algo de eterno que me asusta terriblemente, por eso es que nunca las hago, al menos a terceros.

Dejo unos versos que escupí hace unos días, y sale así, sin dobles ni triples intenciones, como vino, sin pulir.

La inoportuna insistencia de mi espera,
maldita certidumbre / mi compañera,
cual sombra errante / de todo buen trilero
es la mentira de quien dice ser sincero.

Y mientras tanto, un grito cierra heridas
allí donde gobiernan / las despedidas.
El sueño es frágil / cuando se hace imposible,
todo se cae cuando falla lo infalible.

Este desierto lleno de adversidades
tejido de silencios / de soledades,
de amor enfermo / de amarga lejanía,
prisión del tiempo que hace lenta la agonía.

Hoy el olvido me dicta sus razones
por tantas esperanzas / y decepciones.
La noche en vela / que ya se hizo costumbre
clava el puñal en mi perfecta certidumbre.

10 de diciembre de 2009

Una metáfora

Me alejé despacio, como quien busca ser alcanzado por lo que ya no puede alcanzar. Esperé un llamado, un grito, una palabra que detenga mi partida. Seguí caminando, mirando hacia delante, pensando hacia atrás. Será cierto nomás, cada cosa que hacemos es una pequeña metáfora de nosotros mismos.

2 de diciembre de 2009

Un interrogante

¿Adónde van las cosas perdidas? Siempre imaginé el fondo de un mar oscuro y lejano, irreal (aunque cierto, aunque verdadero), atestado de recuerdos, de pasados, de olvidos, de memorias, de incertidumbres, de perfección (porque toda perfección nace para perderse), que nos pertenecieron y ya no nos pertenecen. Las cosas perdidas descansan, puras, lejos de nuestro alcance y nuestras manos. Las cosas perdidas están allí donde ya no debe buscarse.

12 de octubre de 2009

Un soneto del adiós

Se acerca a la colina de lo breve,
de lágrimas vestido va su andar,
de gotas de una lluvia que no llueve,
de pasos que no quieren caminar.

Sus dudas, que anteayer fueron las mías,
se entregan, mientras tanto, a este final.
Y el sueño no madura todavía
para desactivar lo artificial.

Su cuerpo que se inclina es mi pasado,
sus últimas palabras, mi verdad,
sus alas, mi dolor desangelado.

Su impune decisión será futuro,
y el tiempo que me quede, inmensidad.
El verso que le escriba será oscuro.

18 de septiembre de 2009

Un regreso

La distancia es un lenguaje que los hombres jamás podremos descifrar. Es por eso que las despedidas nos dejan ese fuego en el pecho, esa sangre en las manos, ese duelo en el corazón. Y lo que comienza como una necesidad afectiva, termina por convertirse en una exigencia del espíritu. Volver siempre otorga sentido a la huída. Toda partida es el pretexto de un regreso.

8 de septiembre de 2009

Una resignación

No puedo comprender ese intento desesperado, esa lucha, por evitar lo inevitable. ¿Se trata de una exaltación de la voluntad? ¿De un instinto de conservación? ¿De la bendita esperanza? Quien ha querido en vano sabe que la vida no espera que ganemos batallas perdidas.

29 de agosto de 2009

Una letanía

El destino tiene una singular preferencia por la repetición. Es por esto que puede explicarse la curiosa persistencia del ayer: el pasado siempre vuelve, como recuerdo, o como futuro.

18 de agosto de 2009

Un profesor

Las palabras pueden explicarlo todo, excepto el valor del silencio y su significado. He oído cientos de veces el decir de palabras en vano, sin destino, sin presente, sin final, sin sentido. Jamás he oído, sin embargo, silencios en vano.

10 de agosto de 2009

Un soneto en compañía

Cuando el hastío te deje desnuda
y las palabras no sobren ni falten,
cuando los tronos de duelos te asalten
y se disfrace de trueno la duda,

yo te acompaño al final del camino,
donde se cierra aquel círculo obsceno,
donde el silencio sutil y sereno
dirá bajito si es suerte o destino.

Yo te acompaño, ya cierra tus dedos
sobre mi mano tejida de ausencias.
Ya caminemos sin dioses ni miedos,

que si estás lejos te llevo conmigo.
Ven a quitarme la inútil paciencia,
voy a sacar de tu pena el castigo.